lunes, 22 de octubre de 2012

Cartas del vidente


De Arthur Rimbaud a Georges Izambard
Charleville, [13] mayo 1871

Estimado señor:
Ya está usted otra vez de profesor. Nos debemos a la sociedad, me tiene usted dicho: forma usted parte del cuerpo docente: anda por el buen carril. — También yo me aplico este principio: hago, con todo cinismo, que me mantengan; estoy desenterrando antiguos imbéciles del colegio: les suelto todo lo bobo, sucio, malo, de palabra o de obra, que soy capaz de inventarme: me pagan en cervezas y en vinos. Stat mater dolorosa, dum pendet filius, — Me debo a la Sociedad, eso es cierto; — y soy yo quien tiene razón. Usted también la tiene, hoy por hoy. En el fondo, usted no ve más que poesía subjetiva en este principio suyo: su obstinación en reincorporarse al establo universitario —¡perdón!— así lo demuestra. Pero no por ella dejará de terminar como uno de esos satisfechos que no han hecho nada, porque nada quisieron hacer. Eso sin tener en cuenta que su poesía subjetiva siempre será horriblemente sosa. Un día, así lo espero, — y otros muchos esperan lo mismo —, veré en ese principio suyo la poesía objetiva: ¡la veré más sinceramente de lo que usted sería capaz! Seré un trabajador: tal es la idea que me frena, cuando las cóleras locas me empujan hacia la batalla de París —¡donde, no obstante, tantos trabajadores siguen muriendo mientras yo le escribo a usted! Trabajar ahora, eso nunca jamás; estoy en huelga. Por el momento, lo que hago es encanallarme todo lo posible. ¿Por qué? Quiero ser poeta y me estoy esforzando en hacerme Vidente: ni va usted a comprender nada, ni apenas si yo sabré expresárselo. Ello consiste en alcanzar lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos. Los padecimientos son enormes, pero hay que ser fuerte, que haber nacido poeta, y yo me he dado cuenta de que soy poeta. No es en modo alguno culpa mía. Nos equivocamos al decir: yo pienso: deberíamos decir me piensan. — Perdón por el juego de palabras.
YO es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín, ¡y mofa contra los inconscientes, que pontifican sobre lo que ignoran por completo!
Usted para mí no es Docente. Le regalo esto: ¿puede calificarse de sátira, como usted diría? ¿Puede calificarse de poesía?
Es fantasía, siempre. — Pero, se lo suplico, no subraye ni con lápiz, ni demasiado con el pensamiento.


   

Para conocer más sobre la obra de Rimbaud.


El durmiente del valle


Un rincón de verdor donde un arroyo canta
Emperchando a lo loco en la yerba rasgones
De plata; donde el sol, desde altiva montaña,
Reluce, un vallecito que hace espumas de luces.

Boquiabierto, un soldado joven con la cabeza
Descubierta y la nuca bañada en berro azul,
Duerme; está tendido en la hierba, bajo nube;
Pálido en verde lecho donde llueve la luz.

Con los pies en los lirios, duerme. Sonriendo como
Lo haría un niño enfermo, duerme un momento.
Natura mécelo cálidamente. Tiene frío.

Ya no agitan perfume las ventanas
De su nariz; al sol duerme, la mano al pecho.
Tranquilo. En su costado tiene dos hoyos rojos.
     
                                                   



Para conocer más de la obra de Rimbaud.

Mi Bohemia


Me iba, con los puños en mis bolsillos rotos...
mi chaleco también se volvía ideal, 
andando, al cielo raso, ¡Musa, te era tan fiel! 
¡cuántos grandes amores, ay ay ay, me he soñado!

Mi único pantalón era un enorme siete. 
––Pulgarcito que sueña, desgranaba a mi paso
rimas Y mi posada era la Osa Mayor.
––Mis estrellas temblaban con un dulce frufrú.

Y yo las escuchaba, al borde del camino 
cuando caen las tardes de septiembre, sintiendo 
el rocío en mi frente, como un vino de vida.

Y rimando, perdido, por las sombras fantásticas, 
tensaba los cordones, como si fueran liras, 
de mis zapatos rotos, junto a mi corazón.

                               
                                                   


Soneto de las vocales



A negra, E blanca, I roja, U verde, O azul: vocales,
algún día diré vuestro origen secreto;
A, negro corsé velludo de moscas relucientes
que se agitan en torno de fetideces crueles,
golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas,
lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas;
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos
en cóleras terribles o embriagueces sensuales;
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduscos,
paz de campo sembrado de animales, paz de arrugas
que la alquimia imprimió en las frentes profundas;
O, supremo clarín de estridencias extrañas,
silencio atravesado de Ángeles y de Mundos;
O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos.

                                               


Manuscrito de Rimbaud de Soneto de las vocales
Imagen: Wikimedia





El barco ebrio (1871)



Mientras descendía por Ríos impasibles,
sentí que los remolcadores dejaban de guiarme:
Los Pieles Rojas gritones los tomaron por blancos,
clavándolos desnudos en postes de colores.

No me importaba el cargamento,
fuera trigo flamenco o algodón inglés.
Cuando terminó el lío de los remolcadores,
los Ríos me dejaron descender donde quisiera.

En los furiosos chapoteos de las mareas,
yo, el otro invierno, más sordo que los cerebros de los niños,
¡corrí! y las Penínsulas desamarradas
jamás han tolerado juicio más triunfal.

La tempestad bendijo mis desvelos marítimos,
más liviano que un corcho dancé sobre las olas
llamadas eternas arrolladoras de víctimas,
¡diez noches, sin extrañar el ojo idiota de los faros!

Más dulce que a los niños las manzanas ácidas,
el agua verde penetró mi casco de abeto
y las manchas de vinos azules y de vómitos
me lavó, dispersando mi timón y mi ancla.

Y desde entonces, me bañé en el poema
de la mar, lleno de estrellas, y latescente,
devorando los azules verdosos; donde, flotando
pálido y satisfecho, un ahogado pensativo desciende;

¡donde, tiñendo de un golpe las azulidades, delirios
y ritmos lentos bajo los destellos del día,
más fuertes que el alcohol, más amplios que nuestras liras,
fermentaban las amargas rojeces del amor!

Yo sé de los cielos que estallan en rayos, y de las trombas
y de las resacas y de las corrientes:
¡yo sé de la tarde, del alba exaltada como un pueblo de palomas,
y he visto alguna vez, eso que el hombre ha creído ver!

¡Yo he visto el sol caído, manchado de místicos horrores.
iluminando los largos flecos violetas,
parecidas a los actores de dramas muy antiguos
las olas meciendo a lo lejos sus temblores de moaré!

¡Yo soñé la noche verde de las nieves deslumbrantes,
besos que suben de los ojos de los mares con lentitud,
la circulación de las savias inauditas,
y el despertar amarillo y azul de los fósforos cantores!

¡Yo seguí, durante meses, imitando a los ganados
enloquecidos, las olas en el asalto de los arrecifes,
sin pensar que los pies luminosos de las Marías
pudiesen frenar el morro de los Océanos asmáticos!

¡Yo embestí, sabed, las increíbles Floridas
mezclando las flores de los ojos de las panteras con la piel
de los hombres! ¡Los arcos iris tendidos como riendas
bajo el horizonte de los mares, en los glaucos rebaños!

¡Yo he visto fermentar los enormes pantanos, trampas
en las que se pudre en los juncos todo un Leviatán;
los derrumbes de las aguas en medio de la calma,
y las lejanías abismales caer en cataratas!

¡Glaciares, soles de plata, olas perladas, cielos de brasas!
naufragios odiosos en el fondo de golfos oscuros
donde serpientes gigantes devoradas por alimañas
caen, de los árboles torcidos, con negros perfumes!

Yo hubiera querido enseñar a los niños esos dorados
de la ola azul, los peces de oro, los peces cantores.
Las espumas de las flores han bendecido mis vagabundeos
y vientos inefables me dieron sus alas por un momento.

A veces, mártir cansada de polos y de zonas,
la mar cuyo sollozo hizo mi balanceo más dulce
elevó hacia mí sus flores de sombra de ventosas amarillas
y yo permanecía, al igual que una mujer, de rodillas...

Casi isla, quitando de mis bordas las querellas
y los excrementos de los pájaros cantores de ojos rubios.
¡Y yo bogué, mientras atravesando mis frágiles cordajes
los ahogados descendían a dormir, reculando!

O yo, barco perdido bajo los cabellos de las algas,
arrojado por el huracán contra el éter sin pájaros,
yo, a quien los Monitores y los veleros del Hansa
no hubieran salvado la carcasa borracha de agua;

Libre, humeante, montado de brumas violetas,
yo, que agujereaba el cielo rojeante como una pared
que lleva, confitura exquisita para los buenos poetas,
líquenes de sol y flemas de azur;

Yo que corría, manchado de lúnulas eléctricas,
tabla loca, escoltada por hipocampos negros,
cuando los julios hacían caer a golpes de bastón
los cielos ultramarinos de las ardientes tolvas;

¡Yo que temblaba, sintiendo gemir a cincuenta leguas
el celo de los Behemots y los Maelstroms espesos,
eterno hilandero de las inmovilidades azules,
yo extraño la Europa de los viejos parapetos!

¡Yo he visto los archipiélagos siderales! y las islas
donde los cielos delirantes están abiertos al viajero:
¿Es en estas noches sin fondo en las que te duermes y te exilas,
millón de pájaros de oro, oh Vigor futuro?

¡Pero, de verdad, yo lloré demasiado! Las Albas son desoladoras,
toda luna es atroz y todo sol amargo:
El acre amor me ha hinchado de torpezas embriagadoras.
¡Oh que mi quilla estalle! ¡Oh que yo me hunda en la mar!

Si yo deseo un agua de Europa, es el charco
negro y frío donde, en el crepúsculo embalsamado
un niño en cuclillas colmado de tristezas, suelta
un barco frágil como una mariposa de mayo.

Yo no puedo más, bañado por vuestras languideces, oh olas,
arrancar su estela a los portadores de algodones,
ni atravesar el orgullo de las banderas y estandartes,
ni nadar bajo los ojos horribles de los pontones.

domingo, 21 de octubre de 2012

Su obra poética


Su obra poética más conocida fue la siguiente:

- Poesías (1863-1869): Algunos de los poemas más importantes de esta publicación fueron: El barco ebrio, Vocales, Mi Bohemia, El corazón atormentado, El durmiente del valle, Canción de la torre más alta o El hombre justo.

- Cartas del vidente (1871): Las Cartas del vidente es el nombre que se le atribuyen a dos cartas escritas por Arthur Rimbaud en mayo de 1871, en las que desarrollaba una dura crítica a la poesía occidental desde la antigüedad y defiende el surgimiento de una nueva razón poética.

La primera (y la más corta) de estas dos cartas fue escrita el 13 de mayo de 1871 y dirigida a Georges Izambard, el ex profesor de Rimbaud en Charleville.

La segunda carta del vidente fue remitida el 15 de mayo de 1871 al poeta Paul Demeny, a quien Rimbaud le confió unos meses antes una copia de sus poemas antes de publicarlos.

- Una temporada en el Infierno (1873): Es un largo poema en prosa escrito alrededor de 1873 por Arthur Rimbaud. Es la única obra publicada por Rimbaud personalmente, ya que la escribió para sí mismo. Recurrió a un impresor inglés para que le publicara cien copias de las cuales repartió unas seis entre sus amigos y el resto fueron dejadas en el sótano de la editorial. El resto de la edición fue encontrado a principios del Siglo XX por un crítico francés.

- Iluminaciones (1874): Es una colección de poemas en prosa del poeta francés Arthur Rimbaud, aparecida parcialmente en la revista literaria parisina La Vogue entre mayo y junio de 1886. El texto fue reimpreso en forma de libro en octubre de 1886 bajo el título Les Iluminations propuesto por el poeta Paul Verlaine, antiguo amigo y amante de Rimbaud.

Rimbaud escribió la mayoría de poemas de Las Iluminaciones durante su estadía en Inglaterra con Verlaine. La escritura de los textos siguió durante las peregrinaciones de Rimbaud en 1873 desde Londres, donde esperaba encontrar tranquilidad para escribir, a Charleville y Stuttgart en 1875.

- Cartas completas (1870-1891): En las primeras cartas, casi un adolescente, como poeta parnasiano, da la imagen de alguien que pervierte el lenguaje y que tienen voluntad literaria clara. Hasta su incidente con Paul Verlaine se observa una actitud festiva de la vida.
Luego, tras el abandono de su carrera, llegan los viajes exóticos y la vida como aventurero. Lo que marca este momento es la preocupación por el dinero.
Más adelante, llega su momento más melancólico y sus deseos de llegar a ser un hombre de provecho e, incluso, casado.
En su última etapa le preocupa su salud y ya intuye que morirá joven sin haber conseguido sus objetivos y sin saber que estaba ya inscrito en la historia de la literatura.

Los últimos años de su vida

File:Rimbaud in Harar.jpg
Imagen de Rimbaud en el año 1883. Fuente: http://remue.net/article.php?id_article=39


En el año 1875, para entonces Rimbaud ya había abandonado la escritura y había optado por una vida estable de trabajo, aburrido ya de su salvaje existencia anterior, según algunos han afirmado, o en razón de que había decidido volverse rico e independiente, para después poder ser un poeta y hombre de letras libre de penurias económicas, según especulan otros, continuó viajando extensamente por Europa, principalmente a pie.

En el verano de 1876, entró como soldado en el ejército holandés para viajar a la isla de Java (Indonesia), donde desertó rápidamente, regresando a Francia vía barco. Luego viajó a Chipre y, en 1880, se radicó finalmente en Adén (Yemen), como empleado de cierta importancia en la Agencia Bardey. Allí tuvo varias amantes nativas y por un tiempo vivió con una abisinia.

En 1884 dejó ese trabajo y se transformó en mercader en Harar, en la actual Etiopía. Hizo una pequeña fortuna como traficante de armas, hasta que en su rodilla derecha se desarrolló una dolencia que primero se diagnosticó como artritis y luego en una consulta posterior se le diagnosticó como carcinoma. Esta dolencia le forzó a regresar a Francia el 9 de mayo de 1891, donde días después le amputaron la pierna.
Finalmente, seis meses después, el 10 de noviembre de 1891, murió en Marsella, sur de Francia, a la edad de 37 años.


Para saber más de la vida de Arthur Rimbaud.
La relación Rimbaud-Verlaine.
Rimbaud, sinónimo de poesía desde adolescente.
Una infancia complicada.

La relación Rimbaud-Verlaine


Imagen de Paul Verlaine. Fuente: http://vietsciences.free.fr/biographie/artists/writers/verlaine.htm


Paul Verlaine y Arthur Rimbaud tuvieron el hábito de desfigurar sus vidas, y lo que pudieron ser unas vidas de éxito y glamour, las convirtieron en una terrible pesadilla. Ambos fueron individuos excesivos, increíbles escritores que trabajaban hasta la locura, y de  ese mundo que inventaron tanto separados como juntos lleno de extravagantes desvaríos les quedó el nombre de escritores malditos y para la historia de la literatura han quedado como dos de los más fundamentales poetas de finales del siglo XIX.

Tanto Verlaine como Rimbaud fueron personajes complicados que a pesar de sus poesías sorprendieron a la sociedad de su época por sus rarezas y esquizofrénicas actitudes. Entre las singularidades que se le atribuyen a Paul Verlaine sobresale el intento de asesinar a su madre, a su mujer, a su hijo y finalmente a su amado Rimbaud. A su mujer, también intentó quemarle los cabellos y cortarle las manos y en otra ocasión lanzó a su hijo, aún bebé, contra la pared, el pequeño sobrevivió gracias a la abrigada ropa que llevaba que amortiguó el golpe.

Arthur Rimbaud, no se quedó atrás en sus locuras, con sólo dieciséis años ya se había ganado el sobrenombre de loco en la sociedad parisina. Rimbaud fue un niño terrible que blasfemaba en voz alta contra Dios, contaba a todo el mundo sus truculentos episodios sexuales, no sólo con sus amantes femeninos y masculinos, sino también aquellos pasajes de zoofilia. Muchos historiadores y biógrafos procuran justificar su actitud alegando que Rimbaud había vivido una brutal y cruel infancia sin padre y había sido violado por todo un batallón de soldados, lo que tuvo una doble secuela en el poeta, el horror como víctima de un hecho infame y un incomprensible atractivo hacia la degradación y la violencia.

Cuando  Rimbaud, de diecisiete años, y Verlaine, de veintisiete, se conocieron en 1871, pronto sintieron el uno por el otro una fuerte atracción sexual, a la que se unió la común pasión por la bebida, el amor a la poesía y la exaltación enardecida hacia los hombres, formando desde el primer momento una pareja tormentosa. Rimbaud y Verlaine mantuvieron una relación que rozaba y se balanceaba entre el delirio y la pesadilla. Tomaban alcohol y se drogaban hasta desfallecer para superar los límites de la razón, del bien y del mal, y sobre todo, para liberarse de los falsos prejuicios sociales de un mundo aburguesado, decadente y absurdo que no aceptaba su amor homosexual.

Al poco tiempo de llegar a París  Rimbaud se enemistó con todos los poetas parnasianos, que lo consideraron demasiado tosco, rudo y salvaje. Arthur Rimbaud niño se reveló como un provocador. Albert  Mérat, por ejemplo, que en aquella época  había publicado una suma de sonetos en apología al cuerpo de la mujer, le respondió con un poema obsceno titulado “Soneto del agujero del culo”.

La relación amorosa que mantuvieron los poetas se batió entre el amor y el odio que terminó de manera trágica, como fue también trágica el final de sus vidas. En los dos años que duró la complicada relación amorosa se hicieron daño mutuamente. Hubo maltratos tanto físicos como psicológicos, lágrimas, arrepentimientos, idas y venidas por distintas ciudades de Europa, escapadas que terminaban en regresos, escándalos que se hacían públicos, dolor y, sobre todo, mucha locura.

Paul Verlaine, una vez más, celoso y desesperado por la atención de su amante disparó sobre el joven poeta. Paul Verlaine dependía fuertemente del amor de Rimbaud, que ejercía una fuerte atracción. Verlaine era un hombre débil y contradictorio, un ser indefenso y mimado, profundamente inestable, necesitado de la autoridad permanente de un ser fuerte que lo guiara, y sin embargo inconformista, receloso y con un gran deseo de independencia.

El hecho violento ocurrió en la ciudad de Bruselas en 1873. Paul había amenazado con suicidarse ya tres veces si Rimbaud no regresaba con él, Rimbaud como siempre acudió a calmarlo y en cuanto se vieron juntos de nuevo comenzó el tormento: Alcohol, sexo y peleas. Verlaine viendo que no podía retener a su lado a su amante de la manera que él quería y lo resolvió disparando a su pareja. Éste quedó herido de una mano  y Verlaine terminó con una  condena a dos años de trabajos forzados después de un juicio público.

Se volvieron a ver una vez más, en 1875, a la salida de Verlaine de la cárcel. Aquella noche terminaron  a puños como nunca lo hicieron  y finalmente el caos de su angustiosa relación terminó para siempre entre moratones y algún que otro llanto.



Para saber más de la vida de Arthur Rimbaud.
Una infancia complicada.
Rimbaud, sinónimo de poesía adolescente.
Los últimos años de su vida.

Cantando a Rimbaud



La influencia de la poesía de Rimbaud en la música se da de formas muy diversas y en estilos muy diferentes. 
El primer músico, conocido por el momento, que se sintió influenciado por Arthur Rimbaud fue el compositor suizo Arthur Honegger en 1920 cuando compuso "Pastorale d’été". La partitura de esta composición cuenta con un epígrafe del poeta: J'ai embrassé l'aube d'été (Me he sumido en un atardecer de verano). 

Chantant une poésie

En 1964, el cantante francés Leó Ferré puso música a diez poemas de Rimbaud y Verlaine entre los cuales estaban Les Assis, Les Poètes de sept ans y Ma Bohême, en un disco titulado Léo Ferré et chante Verlaine Rimbaud. El interés por cantar los poemas del poeta francés hizo que Leó Ferré repitiera aventura poniendo música a poemas como Le Bateau ivre y Une saison en enfer, entre otros, en sus álbumes Ludwig-L'Imaginaire-Le Bateau ivre (1982), On n'est pas sérieux quand on a 17 ans (1987) y en una reedición de este último álbum en 1991. 
En este vídeo, Leó Ferré interpreta acompañado de un piano el poema Les Assis.



Siguiendo con los poemas cantados, en 1978, el compositor italiano Lorenzo Ferrero compuso una ópera con un complejo montaje de los poemas de Rimbaud titulada Rimbaud, ou le fils du soleil. 

Canciones con Rimbaud

Bob Dylan, considerado uno de los músicos más influyentes, confesó en su autobiografía Chronicles: Volume One su fascinación por la poesía de Rimbaud. Por esta razón, no es de extrañar que en su canción “You Gonna Make Me Lonesome When You Go” del álbum Blood on the Tracks nombre en una de sus estrofas al poeta francés: 
“Relationships have all been bad
Mine’ve been like Verlaine’s and Rimbaud
But there’s no way I can compare
All those scenes to this affair
Yer gonna make me lonesome when you go”


Otros músicos y bandas han incluido el nombre de Rimbaud en sus canciones. Un ejemplo es la banda francesa de rock oriental Indochine que tiene una canción titulada “Go Rimbaud, Go!". Ron Hawkins and the Rusty Nails es una banda de Canadá que en su canción “Crackstatic" incluye los versos "I wanna live like Arthur Rimbaud/ I'm gonna quit this gig/ And move on down to Bora Bora ya'”. 

Además de músicos inspirados en Rimbaud también hay curiosidades del mundo de la música relacionadas con el poeta francés. Jim Morrison se describió a si mismo como “un Rimbaud con una chaqueta de cuero”, y en la colección de diarios de Courtney Love, Dirty Blonde, aparece una imagen de Rimbaud pegada a una de esas páginas de su diario personal. 

Imagen de una de las páginas del diario de Courtney Love.
Imagen: punkandemohere

El teatro de Rimbaud


La figura y la poesía de Arthur Rimbaud también han estado presentes en el teatro.

El actor y escritor argentino Edgar Brau dirigió entre 1981 y 1983 dos escenificaciones teatrales dedicadas a la poesía de Rimbaud Una temporada en el infierno. En ambas escenificaciones el director respetó el texto original íntegro, compaginándolo con trabajos actorales, corales y de canto y danza. La primera de ellas se sitúa en el granero de la casa donde el poeta pasó su infancia y parte de su adolescencia. La obra va sucediéndose a medida que Rimbaud escribe Una temporada en el infierno ya que mientras escribe, ante él se aparecen los distintos personajes que plasma en su obra. 

La segunda escenificación sitúa al poeta en un hospicio de alienados en el que se encuentra interno. A medida que el texto de Una temporada en el infierno avanza, utiliza al resto de internos para representar a las personas y situaciones relacionadas con su vida.  

El mismo director, Edgar Brau, publicó en 1999 el poema Los brazos cruzados en jardines de bananas (Rimbaud en Abisinia). En él se refiere al retiro de Rimbaud a Etiopía, a su fallecimiento en tierras africanas y a su retiro de la poesía a los 20 años. 

Malasangre o las mil y una noches de la poeta

Imagen de los actores de Teatro del Silencio
Imagen: LaTercera.com

Años más tarde, en 1991, para conmemorar el centenario de la muerte del poeta, la compañía de teatro chilena Teatro del Silencio bajo la dirección de Mauricio Celedón estrenó Malasangre o las mil y una noches de la poeta, obra que repasa los momentos más significativos de la vida de Rimbaud. Lo más peculiar y destacado de la obra es que cada una de las escenas está representada mediante la técnica de la mímica, es decir, prescinden totalmente de lo que dio fama a Rimbaud, las palabras. En el año de su estreno superó las expectativas en cuanto a público y cumplieron una extensa gira internacional por Colombia, México, Francia, España y Suecia.

En 2010 Mauricio Celedón reunió a un nuevo elenco para volver a representar esta obra tan importante para Teatro del Silencio. En el siguiente vídeo del canal chileno Urbanorama TV podrán disfrutar de un aperitivo de lo que es este remontaje de Malasangre o las mil y una noches de la poeta en el festival de teatro chileno Santiago a mil en 2010.




Para ver más de Rimbaud en el arte.

Rimbaud, sinónimo de poesía desde adolescente



Arthur Rimbaud en edad adolescente.
Fuente: http://www.culturamas.es/blog/2012/07/12/genios-al-borde-del-abismo/

En 1870, durante sus clases de retórica, Rimbaud entabla amistad con su profesor, Georges Izambard, quien era seis años mayor. Izambard le presta libros, tales como Los Miserables de Victor Hugo, que el joven Rimbaud lee a escondidas de su madre. En esta época edita su primer poema, Los aguinaldos de los huérfanos, que apareció en la revista Revue pour tous en enero de 1870.
Su orientación poética en este tiempo es la de los parnasianos, que por aquel entonces publicaban todos sus textos en la revista literaria El Parnaso contemporáneo. El 24 de mayo de 1870, Arthur, entonces con 15 años, escribe una carta al máximo líder del Parnasianismo, Théodore de Banville, diciendo que tiene 18 años y transmitiéndole sus deseos: convertirse en parnasiano y que publiquen sus textos. Para esto adjunta tres poemas: Ofelia, En las tardes azules estivales... y Credo in unam. Banville responde con afecto a su carta, pero los poemas que Rimbaud envió no aparecieron en El Parnaso contemporáneo.

Entonces es precisamente cuando Arthur Rimbaud comienza a soñar con ir a París e impregnarse del espíritu revolucionario del pueblo parisino, debido a que en su casa los problemas con su madre aumentaban día a día y, además, se aburría frecuentemente.

Durante las vacaciones escolares de 1870, Arthur Rimbaud, ya con 16 años, logra escapar la vigilancia materna y huye con la única intención de irse a París. Pero al llegar a la estación de trenes en la capital descubren que no tenía billete. Eran tiempos de guerra civil en Francia, las tropas prusianas se preparaban para sitiar París y proclamar la Tercera República Francesa, por lo que las autoridades fueron inflexibles. Arthur Rimbaud terminó detenido en la prisión de Mazas.

Desde su celda, Rimbaud escribió a Georges Izambard, en Douai, para pedirle que le ayudara con el pago de la deuda. El profesor lo hace y le paga igualmente el viaje hasta Douai, ofreciéndole su casa hasta que pudiera regresar al hogar junto a su madre.
Rimbaud parte hacia Douai y, dudando por mucho tiempo si regresar a Charleville, permanece allí por tres semanas. Durante este período, Arthur Rimbaud conoce al poeta Paul Demeny, viejo amigo de Izambard y director de una casa editorial. Esto atrajo inmediatamente la atención del joven poeta, quien le dejó a Démeny un fajo de hojas sueltas donde había copiado 15 de sus poemas, con la esperanza de que tal vez fueran publicados.

Izambard, que había avisado a Vitalie Rimbaud de la presencia de su hijo en Douai. Para calmarla, Izambard decide acompañar personalmente a Arthur Rimbaud hasta Charleville. Una vez que llegan, Vitalie Rimbaud comienza golpear a su hijo y a lanzar reproches, disfrazados de agradecimientos, a Izambard.
Días más tarde Rimbaud se vuelve a fugar. Al estar París en estado de guerra, decide ir a Charleroi, en la actual Valonia, Bélgica. Queriendo convertirse allí en reportero local, intenta, sin éxito, que el Journal de Charleroi lo contrate como redactor. Luego, con la esperanza de encontrarse con Izambard, se dirige primero a Bruselas y luego a Douai, donde su profesor llega unos días más tarde para enviar a Rimbaud de regreso escoltado por policías, por órdenes de Vitalie Rimbaud. Este hecho sucedió en noviembre de 1870.
Debido a los problemas políticos por los que pasaba Francia en ese momento, el colegio al que asistía Rimbaud aplazó la reapertura de las clases de octubre de 1870 hasta abril de 1871. En febrero de 1871, Rimbaud vuelve a escapar en dirección a la capital francesa. La situación política del país mueve a Arthur Rimbaud a tratar de contactarse con los revolucionarios Jules Vallès y Eugène Vermersch, aunque también busca a los poetas más importantes de la época. En esta visita conoce al famoso caricaturista André Gill.
Rimbaud regresa a Charleville justo antes que empezara la Comuna de París, aunque algunos testimonios dicen que él seguía en París cuando ésta empezó. Sin embargo, no hay pruebas suficientes que den fe de esto. Lo que sí se puede asegurar, es que la Comuna tuvo un fuerte efecto en el joven poeta, ya que escribió varios poemas relacionados con el tema, como La orgía parisina, Los pobres en la iglesia, y Los que velan.

Durante esta etapa la escritura del poeta, poco a poco, empieza a evolucionar. Comienza a criticar a la poesía romántica y parnasiana y a alabar la poesía de Charles Baudelaire, a quien incluso eleva a la categoría de Diós de la poesía. En sus cartas enviadas a Demeny en mayo de 1871 y a Izambard el mismo mes de mayo del mismo año, llamadas popularmente Cartas del vidente, expone finalmente su famosa teoría sobre la poesía bajo su lema "Yo es otro". En ellas indica que el poeta debe hacerse "vidente", y que la única forma de lograrlo es por un "largo, inmenso y racional desarreglo de todos los sentidos". Según Rimbaud, el poeta debe vivirlo y sufrirlo todo, para así poder convertirse en un "alquimista" de las palabras y hallar la perfección máxima en la poesía.

La carta que le envió a Izambard fue  el detonante para que su amistad acabara, cuando Izambard creyó que el enigmático poema que usaba Rimbaud para exponer su punto, El corazón atormentado, era una burla hacia su persona.

Una infancia complicada


Su padres, Frédéric, capitán de infantería, y Vitalie se casaron en 1853 y se trasladaron a un apartamento en la calle Napoleón en Charleville. Debido al trabajo de capitán de infantería, la pareja no se veía más que en raras ocasiones o en días importantes, como los días de los nacimiento de sus cinco hijos: Jean Nicolas Frédéric,  Jean Nicolas Arthur, Victorine Pauline Vitalie, quien murió al mes de nacida, Jeanne Rosalie Vitalie y Frédérique Marie Isabelle. Después del nacimiento de esta última, la pareja se separó definitivamente, pues el capitán Rimbaud abandonó a su familia y no volvió jamás a Charleville.

La casa donde nació Rimbaud en Charleville el 20 de Octubre de 1854. Fuente: Frozen Poets

La madre se declaró viuda y en 1861 se mudó con sus hijos a un barrio de obreros de Charleville. En octubre del mismo año, Arthur Rimbaud entró a la escuela. Vitalie Rimbaud transformó el clima familiar en asfixiante para los niños. A finales de 1862, se mudan de nuevo, pero esta vez a un barrio burgués, en  la calle d'Orléans.

En 1865, Rimbaud entra al colegio municipal de Charleville, donde rápidamente destaca como un alumno brillante y superdotado. Obtiene premios en literatura, lenguas y otras asignaturas. Compone en latín fluido poemas, elegías y diálogos. Pero ya desde esa edad estaba lleno de conflictos internos y de sentimientos de rebeldía. En julio de 1869 participa en un concurso académico de composición en latín con el tema Yugurta, concurso que gana con facilidad.

Habiendo obtenido ya todos los reconocimientos posibles a los 15 años, Arthur Rimbaud se siente finalmente liberado de todas las presiones a las que su madre lo había sometido en años anteriores.

Rimbaud en el cine

Vidas al límite (1995) 

Leonardo DiCaprio en el papel de Rimbaud
Imagen: philien.tripod.com
Ficha Técnica

Título original: Total Eclipse
Año: 1995
Duración: 110 min
Dirección: Agnieszka Holland
Guion: Christopher Hampton
Reparto: Leonardo DiCaprio, David Thewlis, Romane Bohringer, Dominique Blanc, Felicie Pasotti Carbarbaye, Nita Klein
Género: Drama / Homosexualidad. Siglo XIX


Vidas al límite se estrenó en 1995 bajo la dirección de la directora polaca Agnieszka Holland (El jardín Secreto, Copying Beethoven). David Thewlis (saga Harry Potter, Siete años en el Tibet) interpreta a un Paul Verlaine impresionado por la belleza de un joven Rimbaud intepretado por un también joven Leonardo DiCaprio (Titanic, Origen). Al conocer a Rimbaud, Verlaine desconoce que este es el joven poeta que le ha estado enviando muestras de una poesía que considera genial. El film narra la historia de la intensa relación entre los dos poetas como la oportunidad de Verlaine de escapar de su aburrida y clásica vida a través de la arrogancia, la rebeldía y la actitud desenfadada de Rimbaud. 

Trailer




Una temporada en el infierno (1970)


Terence Stamp y Jean-Claude Brialy
en una escena de la película
Imagen: ivid.it
Ficha Técnica

Título Original: Una stagione all’inferno
Año: 1970
Duración: 130 min
Dirección: Nelo Risi
Guion: Giovanna Gagliardo
Reparto: Terence Stamp, Jean-Claude Brialy, Florinda Bolkan, Nike Arrighi
Género: Drama



Esta película franco-italiana dirigida por Nelo Risi, conocida por dirigir Diario de una esquizofrénica, narra la vida del poeta Rimbaud centrándose en su complicada relación con Paul Verlaine hasta su viaje a Etiopía. El film cuenta con el conocido Terence Stamp (Superman, El coleccionista) interpretando a Rimbaud y con Jean-Claude Brialy (El fantasma de la libertad) poniéndose en la piel de Verlaine.




sábado, 20 de octubre de 2012

Maison des Ailleurs


Justo al lado encontramos la Maison des Ailleurs, la casa que habitaron Arthur Rimbaud y su familia. Esta casa es muy importante porque el tiempo que la habitó se corresponde exactamente con el período de la creación poética del poeta rebelde.








Proyecciones en la pared. Fuente: Flickr


La principal función de la Maison es transmitir la emoción y la poesía que produjo durante algunos de sus viajes. En la casa también se pueden ver proyecciones de películas y leer textos escritos sobre y del escritor. 





Fotografías de sus viajes. Fuente: Flickr


Este homenaje en Charleville-Mézières hace que su poeta no pueda ser nunca olvidado.

El año 2011, la casa fue condecorada como Maison des Illustres por el Ministerio de Cultura y Comunicación.

Musée Arthur Rimbaud


El Museo Arthur Rimbaud, establecido en un molino del siglo XVII y a solo unos pasos de la Maison des Ailleurs, evoca la vida y la obra poética del artista. El visitante tiene acceso a muchas historias, artículos y fotografías que han acompañado al poeta de Charleville-Mézières. La dimensión literaria y poética está muy presente a través de numerosas reproducciones de manuscritos que demuestran la intensidad creativa del joven poeta.


Dibujo del poeta
Busto del poeta




















En la colección, encontramos algunos originales como el soneto “Vocales” o un esbozo de “Un Rincón de Mesa” un cuadro de Fantin-Latour donde aparece retratado Rimbaud. Además, el museo rinde homenaje a los artistas del siglo XX, cuyo trabajo se refiere a Arthur Rimbaud, entre ellos Picasso, Léger, Giacometti, Sonia Delaunay, Cocteau, Max Ernst o más contemporáneo Ernest Pignon-Ernest.

Manuscrito de "Voyelles"
Para conocer la Maison des Ailleurs.

Firma del poeta