domingo, 21 de octubre de 2012

La relación Rimbaud-Verlaine


Imagen de Paul Verlaine. Fuente: http://vietsciences.free.fr/biographie/artists/writers/verlaine.htm


Paul Verlaine y Arthur Rimbaud tuvieron el hábito de desfigurar sus vidas, y lo que pudieron ser unas vidas de éxito y glamour, las convirtieron en una terrible pesadilla. Ambos fueron individuos excesivos, increíbles escritores que trabajaban hasta la locura, y de  ese mundo que inventaron tanto separados como juntos lleno de extravagantes desvaríos les quedó el nombre de escritores malditos y para la historia de la literatura han quedado como dos de los más fundamentales poetas de finales del siglo XIX.

Tanto Verlaine como Rimbaud fueron personajes complicados que a pesar de sus poesías sorprendieron a la sociedad de su época por sus rarezas y esquizofrénicas actitudes. Entre las singularidades que se le atribuyen a Paul Verlaine sobresale el intento de asesinar a su madre, a su mujer, a su hijo y finalmente a su amado Rimbaud. A su mujer, también intentó quemarle los cabellos y cortarle las manos y en otra ocasión lanzó a su hijo, aún bebé, contra la pared, el pequeño sobrevivió gracias a la abrigada ropa que llevaba que amortiguó el golpe.

Arthur Rimbaud, no se quedó atrás en sus locuras, con sólo dieciséis años ya se había ganado el sobrenombre de loco en la sociedad parisina. Rimbaud fue un niño terrible que blasfemaba en voz alta contra Dios, contaba a todo el mundo sus truculentos episodios sexuales, no sólo con sus amantes femeninos y masculinos, sino también aquellos pasajes de zoofilia. Muchos historiadores y biógrafos procuran justificar su actitud alegando que Rimbaud había vivido una brutal y cruel infancia sin padre y había sido violado por todo un batallón de soldados, lo que tuvo una doble secuela en el poeta, el horror como víctima de un hecho infame y un incomprensible atractivo hacia la degradación y la violencia.

Cuando  Rimbaud, de diecisiete años, y Verlaine, de veintisiete, se conocieron en 1871, pronto sintieron el uno por el otro una fuerte atracción sexual, a la que se unió la común pasión por la bebida, el amor a la poesía y la exaltación enardecida hacia los hombres, formando desde el primer momento una pareja tormentosa. Rimbaud y Verlaine mantuvieron una relación que rozaba y se balanceaba entre el delirio y la pesadilla. Tomaban alcohol y se drogaban hasta desfallecer para superar los límites de la razón, del bien y del mal, y sobre todo, para liberarse de los falsos prejuicios sociales de un mundo aburguesado, decadente y absurdo que no aceptaba su amor homosexual.

Al poco tiempo de llegar a París  Rimbaud se enemistó con todos los poetas parnasianos, que lo consideraron demasiado tosco, rudo y salvaje. Arthur Rimbaud niño se reveló como un provocador. Albert  Mérat, por ejemplo, que en aquella época  había publicado una suma de sonetos en apología al cuerpo de la mujer, le respondió con un poema obsceno titulado “Soneto del agujero del culo”.

La relación amorosa que mantuvieron los poetas se batió entre el amor y el odio que terminó de manera trágica, como fue también trágica el final de sus vidas. En los dos años que duró la complicada relación amorosa se hicieron daño mutuamente. Hubo maltratos tanto físicos como psicológicos, lágrimas, arrepentimientos, idas y venidas por distintas ciudades de Europa, escapadas que terminaban en regresos, escándalos que se hacían públicos, dolor y, sobre todo, mucha locura.

Paul Verlaine, una vez más, celoso y desesperado por la atención de su amante disparó sobre el joven poeta. Paul Verlaine dependía fuertemente del amor de Rimbaud, que ejercía una fuerte atracción. Verlaine era un hombre débil y contradictorio, un ser indefenso y mimado, profundamente inestable, necesitado de la autoridad permanente de un ser fuerte que lo guiara, y sin embargo inconformista, receloso y con un gran deseo de independencia.

El hecho violento ocurrió en la ciudad de Bruselas en 1873. Paul había amenazado con suicidarse ya tres veces si Rimbaud no regresaba con él, Rimbaud como siempre acudió a calmarlo y en cuanto se vieron juntos de nuevo comenzó el tormento: Alcohol, sexo y peleas. Verlaine viendo que no podía retener a su lado a su amante de la manera que él quería y lo resolvió disparando a su pareja. Éste quedó herido de una mano  y Verlaine terminó con una  condena a dos años de trabajos forzados después de un juicio público.

Se volvieron a ver una vez más, en 1875, a la salida de Verlaine de la cárcel. Aquella noche terminaron  a puños como nunca lo hicieron  y finalmente el caos de su angustiosa relación terminó para siempre entre moratones y algún que otro llanto.



Para saber más de la vida de Arthur Rimbaud.
Una infancia complicada.
Rimbaud, sinónimo de poesía adolescente.
Los últimos años de su vida.

1 comentario:

  1. La película acerca de la vida de ambos no es nada para toda su historia.
    Fascinantemente caóticos...

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